Tsunami
El tsunami que viene.
Locura de fin de año. Proyectos de mediana a gran envergadura nos mantienen ocupados por largos periodos de tiempo durante el año y nos permiten llevar nuestra vida con relativa tranquilidad. Ahora hemos quedado atrapados en el medio las inesperadas repentinas decembrinas que nos suplican los clientes de toda la vida. Estos proyectos son imposibles de rechazar, pero que por su urgencia nos hacen temblar y hurgar en lo más profundo de nuestras bodegas, a ver si por casualidad encontramos “algo” que le vaya bien a su improvisado diseño. ¡F&%$k! me enfermo del stress. ¡Super! todo pega con todo. (Creo que soy bueno en esto). ¡Woow! el resultado ha sido espectacular. Ya me puedo tranquilizar. Al día siguiente, en el teléfono, el mismo cliente con dos repentinas más. ¡Me muero!