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Tsunami

El tsunami que viene.

Locura de fin de año. Proyectos de mediana a gran envergadura nos mantienen ocupados por largos periodos de tiempo durante el año y nos permiten llevar nuestra vida con relativa tranquilidad. Ahora hemos quedado atrapados en el medio las inesperadas repentinas decembrinas que nos suplican los clientes de toda la vida. Estos proyectos son  imposibles de rechazar, pero que por su urgencia nos hacen temblar y hurgar en lo más profundo de nuestras bodegas, a ver si por casualidad encontramos “algo” que le vaya bien a su improvisado diseño. ¡F&%$k! me enfermo del stress. ¡Super! todo pega con todo. (Creo que soy bueno en esto). ¡Woow! el resultado ha sido espectacular. Ya me puedo tranquilizar. Al día siguiente, en el teléfono, el mismo cliente con dos repentinas más. ¡Me muero!
El tsunami que viene. El Bank of America, Canaco, y mi humilde perspectiva de arquitecto coinciden en que una crisis financiera golpeará Mexico este 2017. Ni culpar a Peña Nieto, ni al fenómeno de Trump, pues ambos males son un mero agregado al huracán que ya se venia formando. Los Mexicanos que conozco, como siempre positivos, esperan lo mejor del panorama, pienso que es mejor tomarlo con la seriedad que merece. De hecho, estoy  seguro que el golpe al sector de la construcción será brutal. Esto no es ningún secreto. Según el diario “El financiero” en Julio del 2016, este sector ya acumulaba su primer año en crisis, a excepción de un mes de un repunte insignificante. Históricamente, este es el primer rubro afectado en momentos de escepticismo financiero. Es un termómetro sabio de cuando las inversiones se detienen, que además de ser el principal motor económico del país, nos tienen en primera línea a nosotros los diseñadores y arquitectos.

Arquitectos de mayor experiencia me dicen, que en crisis anteriores, han visto como su cartera de proyectos se ha caído como fichas de dominó, uno tras otro. Considero que esta crisis es diferente. A día de hoy, México tiene inversiones solidas ejecutándose. De acuerdo con el periódico El Universal, la inversion extranjera directa en Mexico, será para el 2017 – 2018 un 30% mayor que la de los primeros 3 años del sexenio. México ha despertado lentamente y ha comenzado a captar nuevos capitales. Japón, Países Bajos, Francia, Canadá, y Alemania cuentan ya con intereses dentro del territorio nacional. Sin embargo, USA sigue siendo fuente del 58% de toda la IED. China se ha ofrecido a llenar el vacío que dejará Estados Unidos; ante esto sólo puedo pensar que sería un error responder un absoluto sí. La gran lección que debe ser aprendida apunta a diversificar los mercados extranjeros.

Al igual que México, un arquitecto o diseñador debe diversificar a sus clientes si pretende sobrevivir la crisis que se avecina. No hay que poner todos los huevos en la misma canasta, reza un dicho popular. Pues bien, la pregunta que surge es ¿Cómo hacemos esto? Por ejemplo, pensemos en nuestro nuevo project manager en COFER Studio, Él proviene de una gran oficina de arquitectos basada en la Ciudad de México, que sólo se dedica a desarrollar proyectos ejecutivos para un cliente: una cadena de supermercados que anunció que cancelará inversiones el próximo año. Acto seguido, todos se quedaron sin trabajo. La lección prevalece: varios proyectos, distintos tamaños. Aunque discutible, el sector del diseño experimentó en México desde la pasada crisis una especie de bonanza, y muchos despachos, incluyendo el mío, vivimos y aprovechamos las condiciones para definir un estilo propio que ha contribuido de alguna manera a elevar el  diseño en nuestro país.

Un economista, de quien respeto profundamente su opinion pese al poco tiempo que tengo de conocerle,  prevé que tendremos una gran recuperación económica a mediados del 2018. Mientras la bonanza regresa, hoy más que nunca como diseñador hay que ser fiel a lo que se ha construido, y seleccionar hábilmente los proyectos a los cuales merece la pena sumarse. Estos proyectos vistos como verdaderos buques, con la innovación y la creatividad adecuadas para navegar por mares turbulentos, son los que darán certeza a nuestro ejercicio profesional por los próximos meses. Lejos de insinuar que hay que mantenerse quieto en una plataforma mientras pasa la tormenta, creo que ahora es el momento perfecto para arriesgarse y triunfar.  Ahora mismo es un buen momento para zarpar y quizás la ola te lleve mucho mas lejos de lo que esperaste en aguas calmadas. Las crisis generan oportunidades para quienes saben navegarlas.

“Un mar tranquilo, nunca hizo un marinero experto” Dicho popular.

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